Visión

Vas por la calle, pensando
en la clase de historia.

Qué raros los fenicios,
qué lejanos
sus barcos y su gloria.

De pronto se ilumina
la calle extrañamente.
La luz viene de arriba,
de una nube
fantástica.
¡Qué suerte!
Es una nube áurea,
encendida,
que llegó de repente:
un barco de oro
con la vela de nácar y de fuego
desplegada en el viento.

Y sobre el puente,
con los brazos cruzados,
un fenicio.

Navegando en el tiempo,
sonriente.

ARAMÍS QUINTERO

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