Recomendaciones para domesticar un avestruz

Primero se le coge de una pata,
luego se le propina un puntapié,
más tarde se le da un terrón de azúcar
y acto seguido pan y leche y palos.

Transcurridos seis meses por lo menos
diciendo abracadabra se le cuelga
de un árbol muy frondoso de tal guisa
que pasar pueda ver los autobuses.

Después de encomendarle a San Pancracio
-patrono de las aves de corral-,
se le cortan las alas, se le pinta
de amarillo y azul la cresta y basta.

Y a esperar, esperar… Todo en la vida
ya sabemos que es cosa de paciencia.
Si esto hacéis, yo os prometo que algún día
podréis llevar a un avestruz al cine

GABINO-ALEJANDRO CARRIEDO

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