Vivamos solo para amarnos…

Vivamos sólo para amarnos, Lesbia.
No hagas el menor caso cuando hablen
de nosotros los viejos amargados.

Morir y renacer pueden los soles,
pero, al cesar la breve luz, nosotros
nos hundiremos en la eterna noche.

Por eso, antes que la luz se apague,
dame mil besos y otros cien más tarde.
Y después otros mil y otros cien besos
y de nuevo cien más por mil seguidos.

Bésame sin cesar, bésame tanto
que se confundan. Al perder la cuenta
no podrán hechizarnos los malvados:
nunca sabrán el número de besos.

CATULO

Traducción de José Emilio Pacheco

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