Cubridme de flores…

Cubridme de flores,
que muero de amores;

porque de su aliento el aire
no lleve el amor sublime,

cubridme;

sea, porque todo es uno,
alientos de amor y olores

de flores;

de azucenas y jazmines
aquí la mortaja espero;

que muero;

si me preguntáis de qué,
respondo en dulces rigores:

de amores.

SOR MARÍA DO CEO

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